miércoles, 25 de julio de 2012

En el SPA



La ventaja de cumplir años es que a veces se te cumplen los deseos. "La Costilla" siempre ha sido muy atinada en los regalos de cumpleaños, salvo en Navidad cuando le digo:

 "No quiero un sueter."

 Y lo primero que me dice al darme el regalo es:

 "Yo sé que no querias uno pero no me pude resistir..."

Y gris. Van tres al hilo.

Pero esta vez en realidad tenía las ganas y la inquietud de una jotería como "Un día de SPA."

Ir a un SPA es como querer probar la marihuana, quieres intentarlo aunque sea una vez a ver si te gusta. Yo como ya he probado la mota, pues decidí probar mejor un SPA.

Y allá fui. A renovar mis celulas muertas y desestresar mi musculosa espalda en un salón el cuál siempre habia tenido la curiosidad de entrar.

"Tiene usted derecho a un masaje Sr. Gallo y además a un facial."

Madres. Se portó generosa "La Costilla."

"El masaje se lo dará Adriano, espero no le moleste. Pero si desea una mujer la cambiamos el masajista."

Qué diablos.

Te pasan a una salita donde te entregan tu bata y una toalla además de unas chanclas y tu llave.

"Desnúdese ahí dentro, póngase la bata y cuide su llave."

Así sin anestesia.

"Buen día Sr. Gallo, soy Fulana, yo le dare su facial, por favor quítese la bata, acuéstese, tápese con la sabanita y relajase."

¿A ver cómo... me voy a desnudar para que me hagan un facial?

Yo pensé que me sentarían en una silla y me pondrían pepinos en los ojos pero nadie me hablo de desnudarme y acostarme en una cama asi nada más mientras esta chica me explora la dermis.

"Regreso en un momento, póngase cómodo."

Ya acostado en la cama mi primer instínto fue agarrarme los huevos.

"¿Listo?"

"S-s-s i"

"Bien vamos a explorar su tipo de piel y le haremos bla, bla, bla, bla bla..."

Honestamente no le presté mucha antención a la puberta pues estaba yo más preocupado porque no se me fuera a salir un pedo o que se me notara algo a través de las sábanas.

Y no es que sea yo tan pudoroso pero nunca me había sentido yo más vulnerable. Es como la primera y única vez que hice yoga. Estaba yo más preocupado porque al de enfrente no se le saliera un huevo y a mí una carcajada. No dí una.

Aplicadas dos toneladas de cremas y exfoliantes y después de que la chica halago mi bella piel, así lo dijo, bella piel, medio me empecé a relajar y solté una mano de mis "destos." La otra siguió firmemente aferrada. Parece mentira que en un lugar donde se supone vas a relajarte es en realidad donde más cosas te pasan por la cabeza.

Y si hay un incendio en el SPA y yo tengo estas tortas de lodo en la cara qué hago, me paro desnudo y corro, cojo la bata, con una mano, me sigo agarrando los huevos o grito y pido que me arrojen la bata, se acordarán que estamos aquí... ya me imagino el encabezado al día siguiente...


"Primero humillado que quemado. Hombre de bello cutis corre desnudo por salvar su vida de un incendio en un SPA. Se presume que el sinisetro lo provocó una vela de ecualipto con jugo y extracto de nuez de la India."

"Vamos ahora a exprimirle los puntos negros, Sr. Gallo. Es la parte más dolorosa."

Y supongo que para usted la más repulsiva.

Después de ello me aplicó no sé que droga que me durmió, huevos en mano, por 15 minutos.

"Listo, por mi parte es todo. Espero le haya gustado."

"Eh, ah, s-s-s-i. Gracias"

"Ahora, ¿no gusta pasar al baño?"

No eran ganas señorita, era más bien pudor

"¿Al baño, dijo...?"

"Sí, su regalo incluye un masaje y será más comodo pasar al baño antes de..."

"Ah, bueno, así sí"

Esto del SPA ya me empezó a gustar.







miércoles, 11 de julio de 2012

La Maldición de los Siete Años

Bien dicen que si llegas a los siete años en tu matrimonio, corres el riesgo de separarte o divorciarte antes de cumplir los ocho. En toda cultura con la que me he rozado y no carnalmente, siempre dicen que si pasas de "los siete" ya rompes la maldición y estas a salvo en tu relación de pareja hasta por lo menos llegar a los diez.

Pues para culminar los siete y cumplir ocho, me faltan, hoy exactamente, dos meses.

Sí, el 11 de septiembre, muy cabalisticamente. Y bueno, según yo, digo yo, que "La Costilla" y yo, vamos a muy buen paso.

Ayer se largó a Brasil, cinco días, qué diablos, es parte de su chamba pero pues siempre trato de dejarle una romántica y vomitiva notita al lado de la cafetera para que se vaya con una sonrisa en el rostro:

"Que tengas feliz viaje mi amorcito, cuidate mucho, te dejé sobras en el refri, bla, bla, bla, bla, bla...(me he vuelto mi madre).

Pues al llegar ayer de trabajar, esperaba yo un ápice de reciprocidad, pero la notita no se apareció por ningún lado.

"Bueh, seguro se fue con prisa y cómo no si se va pa' Brasil...- dije, total son cinco días.

Pues sorpresivamente, la esperada nota aparecio...en el baño

"Esta es tu puta toalla"

Digo, por si se me ocurría, otra vez despistadamente, usar la suya.

Pues como les decía, yo digo que ahí la llevamos.

A menos que lea esta entrada.