miércoles, 29 de diciembre de 2010

Alergias Navideñas III



¡Ah, las fiestas decembrinas! Todo un abanico de posibilidades para que tu familia se agarre en pleito durante el intercambio de regalos, llores por el recuerdo de un rompimiento amoroso, te reencuentres con seres queridos, te cancelen el vuelo por causa de una tormenta de invierno y un larguísimo etcétera.


Este año para alimentar las anécdotas, no fue la excepción y decidimos, “La Costilla” y yo, lanzarnos a la aventura de viajar en pleno 24 de diciembre a Estados Unidos para sorprender a mis padres, quienes pasarían las fiestas en casa de mi hermano “Quebin”, quien vive en Knoxville, Tennessee, a solo tres horas de la casa de Nicole Kidman y Keith Urban.

La joda de viajar a Estados Unidos además de que te encueren en el escáner ese de seguridad, es pasar la puta fila de aduanas.

4:00 am Montreal.

Fila para documentar equipaje. Sin contratiempos

4:25am Montreal

Pasamos con éxito el primer paso y tenemos nuestros pases de abordar.

4:26am Montreal

BEEP. Nos escanean el pase de abordar para ingresar a la “cola” de seguridad.

4:35am Montreal

Terminamos de pasar el detector de metales y el escáner desnudista. Beep. Nos vuelven a escanear el pase de abordar, ahora para el acceso a la aduana estadounidense.

6:20am Montreal

Si, leyeron bien, seguimos casi dos horas después, en la mega puta fila de aduana. Caos total porque la gente, quien siempre llega tarde y tiene los primeros vuelos, está hasta atrás de la chingada fila y quieren pasar a toda costa para no perder el avión.

En eso como salido del cielo aparece un empleado de seguridad con unas hojitas arrugadas en la mano y con una cara de terror que presagia lo que sigue:

“Vuelo a Newark de las 6:30am, pasajeros levanten la mano”

FUOOOMMMM aquello parece una subasta de Sothebys

“Vuelo a Miami de las 6:30am, pasajeros levanten la mano”

FUOOOOOOM otra marabunta que pareciera estar queriendo comprar las fajas de Maria Antonieta

“Vuelo a Filadelfia de las 6:35am, pasajeros levanten la mano”

“Eh, yo voy en el vuelo a Boston de las 6:35am…” grita un adormilado idiota queriendo poner más desorden.

“No lo he llamado señor, espere ahí”- replica el joven agente.

“Y yo voy en el de Nueva York de las 6:40am, no me diga que ya lo cancelaron…” -añade un rabino ortodoxo (sí, nunca faltan en ningún aeropuerto)


La fila se desordena y aquello es un caos como si Justin Bieber hubiera aparecido en un centro comercial lleno de quinceañeras. Yo pensé que en algún momento saldrían elementos SWAT y nos dispararían gases lacrimógenos o balas de goma para repeler la multitud.


“Es la última vez que viajo a Estados Unidos” replica “La Costilla” fulminándome con la mirada.

6:40am Montreal

BEEP. Tercer escaneada de nuestro pase de abordar. Como si durante la fila de la aduana hubiésemos decidido intercambiar nuestro destino por el del tipo de enfrente.

“¿A qué sala vamos?” – pregunta “La Costilla”

“A la C89” -repelo. Por supuesto la “C 89” está en el culo del aeropuerto, donde ya no te venden ni una revistita de última hora.

6:50am Montreal

Abordamos el avión y la señorita del counter nos ve con una cara de: “Llegaron tarde”. Donde a la cabrona se le hubiera ocurrido decir algo, creo que no vive para contarlo.


9:35am Atlanta

Llegamos sin contratiempo a la "Puerta del Sur". Gracias a las indicaciones de Shanene, Shiquiana y Shiquina, tres negras enormes tipo cantantes Góspel del counter de Delta quienes a voz de coro alabaron mi elegante abrigo y mi percha de galán, llegamos con pase rápido para abordar a Knoxville sin problema.


10:50am Vuelo Atlanta-Knoxville

El vuelo a Knoxville fue más corto que un estornudo. “La Costilla” como es volatriz se la pasó criticando a la sobrecargo “gringa” a bordo; la típica rubia cincuentona con cara de llamarse “Sharon” pero que en realidad se llama Mary o Valerie. La mujer no hizo absolutamente nada, dio la bienvenida a bordo y como el vuelo era de 35 minutos en el aire, ni una bolsa para el vómito nos ofreció.


En un ratito llegamos a Knoxville, pueblo sin ley. Para quienes no conozcan Knoxville, es la tercera ciudad más importante del Estado de Tennessee. Dicha ciudad se ha hecho internacionalmente famosa por una Expo que organizó en 1982. Pero lo más increíble de todo ello es que la gente sabe este hecho rudimentario por un episodio de “Los Simpsons” donde Bart, Milhaus, Martin y Nelson roban un auto y deciden conocer precisamente la sede de la Expo Mundial 1982 y su famoso icono, “La Esfera Solar”. Cuando llegan finalmente y tras muchas aventuras, estrellan el automóvil en la Esfera y esta cae encima de ellos rompiéndose en mil pedazos inundando el auto con todo lo que tenia almacenado en su interior, millones de pelucas.


Listo. Ya les ahorre la visita a Knoxville.


Llegamos al aeropuerto, donde nos recibió mi queridísimo hermano menor y nos llevo a casa para sorprender a mis padres.


"¡¡¡SORPRESA!!!!"- gritamos todos al entrar a casa y darle un sustazo a mi madre quien estaba en la cocina.


"AYYYYY, pero qué es esto, qué hacen todos aquí, que sorpresa más bella...porqué traes el pelo asi tan feo y tan largo..."


Profesión: Madre hasta el final de sus días.


Continuará...


lunes, 20 de diciembre de 2010

Rafaguitas Navideñas

En la tienda de libros.
Buscando regalos de último minuto (por supuesto) me sorprendí a mí mismo vagando por una esquina algo inhóspita de la tienda, claro, estaba en la sección de autoayuda y superación personal. Esa zona de la tienda donde prefieres que nadie te vea, con temor a que te juzguen de perdedor o de maniacodepresivo.
Sin embargo nunca escatimo mi curiosidad por leer la cantidad de títulos que ofrece el mentado tipo de literatura y que siempre sirven de inspiración pura.

"El Poder del AHORA"
"Levántante y sana"
"Despierta al gigante que llevas dentro"
"Chíngate otro caldo de pollo para tu alma, si no te sirvieron los primeros tres tazones"

...por mencionar algunos.

Sin embargo lo cagado sucedió cuando me acerqué a un libro que estaba recostado y sobrepuesto encima de la colección "Sonría siempre", cuyo título leía:

"La guía más completa para el fellatio perfecto"


* * *

Sábado en casa con mis amigas Alta y Pache...

"Gallito que bonito pino de Navidad" (ver O Tannenbaum)

"Gracias Pache, fíjate que "La Costilla" me regañó porque no lo he regado ultimamente, es la falta de costumbre".

"¿Cómo que regado... qué riegan?..."

"Pues el pino, le ponemos agua al pino".

"¿Al pino...agua al pino?" -se rascaba la barbilla Pache, como si le hubiera yo preguntado cuántos novios ha tenido en su vida.

Pensando que me había yo equivocado me corregí, por si acaso...

"Dije pino, Pache, no vino"

Digo, que no se le pone agua al vino pero fue lo que se me ocurrió y que rimase.

"Si, claro, entendí bien, dijiste "pino". Lo que no me queda claro es ¿por dónde riegan el árbol, a poco le arrojan el agua desde arriba para que se escurra por las ramas hasta abajo...?"

Las carcajadas me han durado desde el sábado sólo de acordarme y de imaginarme qué hubiera pasado si a Pache se le hubiera ocurrido en algún momento echarle agua al pino de Navidad desde arriba provocándonos un corto circuito. Nunca se le ocurrió que como todo árbol natural, su tronco descansa en tierra por donde se le llena de agua.

martes, 14 de diciembre de 2010

O Tannenbaum




Encontrar el pino navideño ideal es más difícil que matar un burro a pellizcos.

No es cualquier cosa, llegar, y comprar el primer pino que te cierra el ojo. Es más bien esperar a que la luz divina y un coro angelical de ángeles celestiales bajen del cielo y con trompetas y querubines cantando el "Aleluya de Haendel", iluminen el pinito navideño que adornará tu casa.


Okey me mamé con la escena plagiadísima de aquella película cagada de Chevy Chase “National Lampoon’s Christmas Vacation”pero algo así; eso sí, excluyendo la parte donde “La Costilla” y yo cantaríamos villancicos dentro de una “guayín” Ford Galaxi 1988.


Ayer finalmente decidí darle una patada a mi “Scrooge” interno, que más bien fue resignarme a patear en los “destos” a mi bolsillo y presupuesto (están carísimos los putos pinitos), y salimos en búsqueda del árbol.


Allá vamos…


Reitero, comprar un pino de navidad es casi tan difícil como comprar verdura en el mercado. A mí por lo menos, solamente los aguacates y las jícamas, se me dan, el resto es al tanteo. Si el tomate no está muy aguado, me lo llevo, al igual que los pepinos, y les doy un día de gracia antes de comérmelos. Pero nunca he tenido buena mano para escoger verduras.


“¿Qué pino le gusta, joven?”


Lo estoy traduciendo al habla hispana. Porque obviamente el “Señor pinista” me habló en el francés más asqueroso y rupestre jamás escuchado. O sea hagan de cuenta un: “Salu, kel sapan vulevu, mon ga” igualito, pero como si trajera además atorado un gargajo en la garganta; por lo que mis oídos percibieron algo así como un:


“Lu, ¿klspanvulvmnga??”


‘Dito Dios que soy políglota y que las tantas borracheras en mi vida me han afinado el oído y la lengua de una manera impresionante, cosa que me ha hecho poder entender a estas almas perdidas de los bosques boreales quebequenses.


“Lu m’nom, unspanuipiesiple”, le contesté.


Apriéte la tecla “gato” para regresar al idioma español.


" #"


Huevooooos, ¿cómo se quedaron?


“Pues un pinito de ocho pies por favor. Y que tenga ramas abiertas y dispersas.”


“¿Fraser o Balsam?”


WHATTTT?”


“Fraser” (los quebecos lo pronuncian “Freizurrrr”)


“¿Pues cuál es la diferencia, señor?”


“Ah, mi joven amigo el Freizurr es un pino en forma piramidal uniforme que llega a 80 pies de altura y sus ramas hacia arriba lo hacen verse compacto; Huele mucho a limpia pisos y hace un cagadero en el piso con todas las agujas que tira. Deshoja mucho y es de sombra.
Por el contrario, El Balsam no es tan alto, alcanza 60 pies, es resinoso, por lo que al cargarlo te hará un mierdero las chamarras y los guantes que lleves puestos, pues zurra resina tanto, como un bebé zurra el Gerber. Tiene una fragancia más aromática y requieren agua a lo bestia.”


(Así, pero en francés rupestre. No me hagan escribirlo, por favor.)


Madres.


Acto seguido nos dispusimos a caminar entre las filas y rangos de pinos como inspeccionando al paredón antes de la ejecución. Para nuestra desgracia el “Señor Pinista” o "Joe Tabarnak" (para mis lectores locales), además de fumar una apestosa pipa nos perseguía como vendedor de hamacas en Acapulco mientras tarareaba “O Tannenbaum”. No nos fuéramos a robar algo.


“La Costilla” tiene una paciencia inquebrantable, me aguanta a mí y eso es meritorio al Nobel, pero si algo no tolera es que se le pegue un vendedor como oxiuro en el intestino. Es como esas vendedoras de perfumes en las tiendas departamentales que a huevo te quieren maquillar o atomizar de perfume barato.


“¿Busca un perfume?”


“No lo sé aún señorita, estoy mirando.”


“Tenemos el Chanel #5 y el J’Adore de Dior, si gusta olerlos.”


“Estoy mirando.”


“Para quién sería el perfume, su mamá, su suegra, su novia…”


“Estoy mirando.”


“¿Gusta que lo maquille?” –pregunta que suena como a ruego de ayudarle a matar el tiempo tras 9 horas de estar parada sin vender nada.


“Estoy mirando…”- respondería yo en estupor, por supuesto.


Ya para entonces uno sale disparado de la escena del crimen. Pobres mujeres, se han de aburrir horas ahí sentadas esperando a que pase una víctima con mal cutis, mal olor, o mal gusto.


Así igualita la escena pero ahora con el “Señor Pinista”. Tanto que pensé que “La Costilla” lo iba a fulminar con alguna frase lacerante o ponerme en apuros con sus ácidos ataques. (Y nunca hagas enojar a un "Pinista" que tiene una sierra eléctrica en mano mientras te canta O Tannenbaum).

Que buen tema para un thriller navideño.

Finalmente y creo que movida por la desesperación de tener al fulano detrás, “La Costilla” dijo:


“Ete”



Si, solo que “ete”, costaba uno y la mitad del otro…



“Pero cielito, “ete” etá muy caro”



“Ete” -Repitió inquebrantable.



Pues “ete” fue el elegido y ni hablar, la cartera se vació, invocamos insospechados rituales druidas para meterlo en el Toyota y nos fuimos a casa.



“Ay pobres pinos en lo que acaban” -dijo “La Costilla” acongojada mientras nos asfixiábamos en el ascensor con el pino atravesado y la resina por doquier. El colmo, tras la odisea y el dolor de cartera experimentado, lo que me faltaba es que “La Costilla” se me convirtiera en la Brigitte Bardot de los pinos de Navidad.


“Si cielito, pobres pinos, pobres pollos, pobres reses y pobres salmones que te comes con tanto gusto. Si quieres esta Nochebuena cenamos hierba y le salvamos la vida a un bacalao.” -respondí ahora yo fulminándole con la mirada.


Funcionó.

La odisea de subirlo al tercer piso, instalarlo y utilizar secadoras de pelo para derretir el hielo lo antes posible y evitar se pudriese el parquet, es digna de ser explicada en un episodio de Seinfield, pero finalmente quedó.


La casa huele a Pinol, pero ahí en un huequito muy dentro de mi ser ya más bien huele a Navidad.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Comilona maravilla

Una de las cosas que disfruto mucho de mi trabajo son las "comilonas" que se organizan cuando contratan a una persona nueva para nuestro "exclusivísimo" departamento o cuando nos visita un director de "El Coorporativo." Los gringos tienen una fascinación por venir a Montreal, sentirse que están en Europa y que comen como Dios manda. Los jefazos ahí si no escatiman nada y se llevan a todo el piso a comer. So pena de los kilitos que nos empezamos a cargar.

Siempre como por maldición me toca sentarme junto al "Bebón" un brasileiro de 1.90mts, rubio, ojo azul, espalda ancha (¿suena bien?) pues no, mas bien parece un muñecote "Cabagge Patch Kids" y encima tiene una voz como si se hubiera tragado un globo de helio, pilluuuuuuuuuuuuuda, pilluda. Y de lo único que habla es de "El Chavo del Ocho", Dulce María de "RBD" y los pechos de Ninel Conde. Qué le voy a hacer, son nuestros orgullos nacionales.

Las conversaciones siempre giran en torno a la edad y al sexo. Seguimos sin salir del atolladero, pero ¡OH ALBRICIAS! en la comilona de hoy logré esquivar al "Bebón" y me tocó sentarme al lado de "Pitufo Gruñon," quien tambien, sólo habla de sexo y refunfuña por todo, La ñoña y "La Bruja Buena del Este."


El tópico de la conversación, esta vez sí fue algo fuera de lo común, muy.

"¿No te acuerdas de un programa ochentero espantoso de una chica que cantaba y tenía un grupo musical, algo de "....Las Hologramas"

"No, yo sólo me acuerdo de los Superamigos y la Mujer Maravilla."

"Oye en el equipo de Ednita hay tantos "titojos" que deberían llamarse "¡Las Superamiguis!"

Carcajada obligada

"Y en lugar de vivir en el "Salón de la Justicia", seguro vivirían en el Salon de Belleza."

"JUA, JUA, JUA, JUA"

Carcajada sonora. Ya con hambre hasta las estupideces nos saben buenas.

"Oye y ¿te acuerdas de la Mujer Maravilla?"

"Como no, una que tenía una corona"

"Era una tiara"

"Ah y la aventaba...."

"Huevos, eso sí no me acuerdo. Yo me acuerdo que a Linda Carter le ponían un calzón con relleno en las nalgas."

"¿Sabías que era alcohólica?"

"Con razón le cancelaron el programa, dicen que Linda Carter tenía un genio del carajo y era insoportable" -dijo uno, como si la hubiera conocido en sus peores momentos.

"A mí no me gustaba la Mujer Maravilla." -Respondió otra ñoñamente.

"Siempre con esas cosas que tenía invisibles..."

"¿A poco la Mujer Maravilla tenía cosas invisibles?

"Por supuesto"- le respondí a Pitufo Gruñon, como si hubiera insultado a mi propia madre.

"Ah claro, tienes razón, el avióm." -se corrigió con su imperdible acento yucateco, (olvidé ese detalle).

"Las Toallas Sanitarias"- añadió la "Bruja Buena del Este"

"Era un Jet."

"Bueno ahí les va la pregunta de los 64 mil...y sólo conozco tres personas que se saben la respuesta a esta trivia, así que pónganse abusados..." - inicié el discurso.

"Venga"

Me vieron todos como si fuera a sacar un pony detrás del pinito de Navidad y de lo más profundo de mi alma saqué este pedazo de información inservible y lo compartí a mis colegas, junto con el pan y la sal.

"¿De qué estaban hechos los brazaletes de la Mujer Maravilla?" -pregunté solemnemente con mi voz de locutor de programa de concursos, onda Antonio Badú.

Mi pregunta cayó como una bomba y aquello se convirtió en un gallinero.

"Mi marido seguro se la sabe" -dijo "La Bruja Buena del Este"

"¿De qué?"

"Ah, ¿pero tenía brazaletes?"

"Dos"

"¿De qué?"

"¿¡¡¡¡¡¡¡Tu marido, y porqué no tu hija!!!!???"

"A mi hija le gusta Spider-Man y se cree Caballero Jedi, así que ya saben por dónde van las balas cuando crezca."

"A ver márcale a tu marido, seguro le gustaba el calzón de estrellitas con relleno"

"¿De qué?"

"Y el lazo de la verdad, ese de oro que tenía..."

"Mi amiga, "La Fanática Dehesiana" se metía a los closets de chiquita y según ella cuando salía, estaba convertida en "La Mujer Maravilla".

"Mi prima decía que era "La Mujer Amarilla"

"¿De qué?"

"JA, JA, JA, JA. Bien hepática, la pobre"

"DE FEMINIUM" interrumpí solemnemente

Todos me vieron con cara de "NO MAMES" haciendo finalmente el sagrado silencio a su alharaca.

"Te pasate, con el FEMINIUM"

"Una super aleación tremendamente indestructible, detenía balas con eso."

"Mentira esa era la aleación fotónica de Mazzinger Z!!!"

"BOLAS CON LA REFERENCIAAAA!"

Cada tribu cree que su aleación es la más poderosa. Digo a los japoneses les enseñaron que la Fotónica era la mejor, pero a las amazonas de la Isla Paraíso les enseñaban que el Feminium era la salvación del mundo.

"¿Ah...que cómo sé lo del FEMINIUM?"

pensé que era VOX POPULI

"...es que tengo una amiga, "La Famosa Volatriz Zurrona", le apodamos así porque es sobrecargo de Aeroméxico y un día no sé que incidente tuvo en un hotel y un excusado...pero adora a la Mujer Maravilla y me regaló ese pedazo de información inservible; de esas porquerías que por más que uno intente no se las llevará nunca el Alzheimer."

Es como la imagen de Lourdes Guerreo con su pelo de cazuela durante el temblor del 85 "Esta temblando, mantengan la calma."

Menos mal que en ese momento llegó el mesero con los platillos y finalmente triunfo el hambre sobre la estupidez.