martes, 14 de diciembre de 2010

O Tannenbaum




Encontrar el pino navideño ideal es más difícil que matar un burro a pellizcos.

No es cualquier cosa, llegar, y comprar el primer pino que te cierra el ojo. Es más bien esperar a que la luz divina y un coro angelical de ángeles celestiales bajen del cielo y con trompetas y querubines cantando el "Aleluya de Haendel", iluminen el pinito navideño que adornará tu casa.


Okey me mamé con la escena plagiadísima de aquella película cagada de Chevy Chase “National Lampoon’s Christmas Vacation”pero algo así; eso sí, excluyendo la parte donde “La Costilla” y yo cantaríamos villancicos dentro de una “guayín” Ford Galaxi 1988.


Ayer finalmente decidí darle una patada a mi “Scrooge” interno, que más bien fue resignarme a patear en los “destos” a mi bolsillo y presupuesto (están carísimos los putos pinitos), y salimos en búsqueda del árbol.


Allá vamos…


Reitero, comprar un pino de navidad es casi tan difícil como comprar verdura en el mercado. A mí por lo menos, solamente los aguacates y las jícamas, se me dan, el resto es al tanteo. Si el tomate no está muy aguado, me lo llevo, al igual que los pepinos, y les doy un día de gracia antes de comérmelos. Pero nunca he tenido buena mano para escoger verduras.


“¿Qué pino le gusta, joven?”


Lo estoy traduciendo al habla hispana. Porque obviamente el “Señor pinista” me habló en el francés más asqueroso y rupestre jamás escuchado. O sea hagan de cuenta un: “Salu, kel sapan vulevu, mon ga” igualito, pero como si trajera además atorado un gargajo en la garganta; por lo que mis oídos percibieron algo así como un:


“Lu, ¿klspanvulvmnga??”


‘Dito Dios que soy políglota y que las tantas borracheras en mi vida me han afinado el oído y la lengua de una manera impresionante, cosa que me ha hecho poder entender a estas almas perdidas de los bosques boreales quebequenses.


“Lu m’nom, unspanuipiesiple”, le contesté.


Apriéte la tecla “gato” para regresar al idioma español.


" #"


Huevooooos, ¿cómo se quedaron?


“Pues un pinito de ocho pies por favor. Y que tenga ramas abiertas y dispersas.”


“¿Fraser o Balsam?”


WHATTTT?”


“Fraser” (los quebecos lo pronuncian “Freizurrrr”)


“¿Pues cuál es la diferencia, señor?”


“Ah, mi joven amigo el Freizurr es un pino en forma piramidal uniforme que llega a 80 pies de altura y sus ramas hacia arriba lo hacen verse compacto; Huele mucho a limpia pisos y hace un cagadero en el piso con todas las agujas que tira. Deshoja mucho y es de sombra.
Por el contrario, El Balsam no es tan alto, alcanza 60 pies, es resinoso, por lo que al cargarlo te hará un mierdero las chamarras y los guantes que lleves puestos, pues zurra resina tanto, como un bebé zurra el Gerber. Tiene una fragancia más aromática y requieren agua a lo bestia.”


(Así, pero en francés rupestre. No me hagan escribirlo, por favor.)


Madres.


Acto seguido nos dispusimos a caminar entre las filas y rangos de pinos como inspeccionando al paredón antes de la ejecución. Para nuestra desgracia el “Señor Pinista” o "Joe Tabarnak" (para mis lectores locales), además de fumar una apestosa pipa nos perseguía como vendedor de hamacas en Acapulco mientras tarareaba “O Tannenbaum”. No nos fuéramos a robar algo.


“La Costilla” tiene una paciencia inquebrantable, me aguanta a mí y eso es meritorio al Nobel, pero si algo no tolera es que se le pegue un vendedor como oxiuro en el intestino. Es como esas vendedoras de perfumes en las tiendas departamentales que a huevo te quieren maquillar o atomizar de perfume barato.


“¿Busca un perfume?”


“No lo sé aún señorita, estoy mirando.”


“Tenemos el Chanel #5 y el J’Adore de Dior, si gusta olerlos.”


“Estoy mirando.”


“Para quién sería el perfume, su mamá, su suegra, su novia…”


“Estoy mirando.”


“¿Gusta que lo maquille?” –pregunta que suena como a ruego de ayudarle a matar el tiempo tras 9 horas de estar parada sin vender nada.


“Estoy mirando…”- respondería yo en estupor, por supuesto.


Ya para entonces uno sale disparado de la escena del crimen. Pobres mujeres, se han de aburrir horas ahí sentadas esperando a que pase una víctima con mal cutis, mal olor, o mal gusto.


Así igualita la escena pero ahora con el “Señor Pinista”. Tanto que pensé que “La Costilla” lo iba a fulminar con alguna frase lacerante o ponerme en apuros con sus ácidos ataques. (Y nunca hagas enojar a un "Pinista" que tiene una sierra eléctrica en mano mientras te canta O Tannenbaum).

Que buen tema para un thriller navideño.

Finalmente y creo que movida por la desesperación de tener al fulano detrás, “La Costilla” dijo:


“Ete”



Si, solo que “ete”, costaba uno y la mitad del otro…



“Pero cielito, “ete” etá muy caro”



“Ete” -Repitió inquebrantable.



Pues “ete” fue el elegido y ni hablar, la cartera se vació, invocamos insospechados rituales druidas para meterlo en el Toyota y nos fuimos a casa.



“Ay pobres pinos en lo que acaban” -dijo “La Costilla” acongojada mientras nos asfixiábamos en el ascensor con el pino atravesado y la resina por doquier. El colmo, tras la odisea y el dolor de cartera experimentado, lo que me faltaba es que “La Costilla” se me convirtiera en la Brigitte Bardot de los pinos de Navidad.


“Si cielito, pobres pinos, pobres pollos, pobres reses y pobres salmones que te comes con tanto gusto. Si quieres esta Nochebuena cenamos hierba y le salvamos la vida a un bacalao.” -respondí ahora yo fulminándole con la mirada.


Funcionó.

La odisea de subirlo al tercer piso, instalarlo y utilizar secadoras de pelo para derretir el hielo lo antes posible y evitar se pudriese el parquet, es digna de ser explicada en un episodio de Seinfield, pero finalmente quedó.


La casa huele a Pinol, pero ahí en un huequito muy dentro de mi ser ya más bien huele a Navidad.

11 comentarios:

Edigator dijo...

Love it. Faltan las aventuras del gato en el pino, though, y las del gato que se come las luces y las del gato que cree que las esferas son parte de su regalo navideño.
joyeux festivus.

Gallo dijo...

Gracias Edigator! tienes razón pero al gato no le hace mucha cosquilla ni el pino ni las luces. Lo único es el esconderse detras y cada año utiliza las cajas abiertas como su cama.

Felices fiestas para ti tambien, mi recien casada amiga.

marxe dijo...

jajajaja... te pasaste con el señor pinista... me encanto.

Muy cierto, y su Alteza Real que opina al respecto?

Patricia dijo...

Hohoho!!! que risa con tus aventuras, yo por eso me voy a la feria del pino en Mty y de paso me como un churro recien hecho escogiendo el pino de la casa de mi madre... (STI! y escaparme de los -13 grados del dia de hoy)

loquemeahorro dijo...

¿Cuántos idiomas hablas, malandrín? Yo uno y mal, qué envidia más grande.

En mi casa, cuando era pequeña (yo, no la casa) solo recuerdo un pino que no fuera de plástico.

Recuerdo aquel pino difunto durante meses y meses, con su tiesto "decorado" con un papel de regalo que se iba destiñiendo.. fue un final muy triste, en verdad en verdad os digo.

pd. ¿Y los restaurantes en los que sale uno a la calle para que entres, no te dan ganas de salir corriendo?

Claudia dijo...

Frances rupestre, ah como me he reido CABRON!!!

Y de que color decoraste al guey? (el pino, claro...)

Gallo dijo...

Gracias Marxe: pues Su Alteza Real hasta ahorita no ha hecho ni "Miau" con respecto al pino. Le gusta jugar escondidas detrás de el, pero ni las esferas ni los focos le causan interés pero anoche descubrió una bolsa gigante de "CHAPTERS" y decidió que ahora dormirá ahi dentro. ¿Y la tuya, auno no llega al nivel monarquico gatuno?


Patricia:La Feria del pino, Dios que recuerdos! Y un rico churro con cajeta...¿o de qué churro hablas? Porque no vayas escoger el pino de tu madre bajo los efectos de la marihuana. HO HO HO

Loque: Pues no sabré escoger verduras pero hablo cuatro y algo de italiano que ya lo perdí sin interés en reencontrarlo.

En mi casa tuvimos un eterno pino de plastico que parecía natural, pero todo con el tiempo se acaba y mi madre se hartó un buen dia y lo tiro a la basura.

En cuanto a los restaurantes si, un poco sobretodo si el "host o hostess" tiene olor impregnado a brasas.

Clau: Tenía eones de tiempo de no emplear la palabra "rupestre" en ninguna oración, frase o enunciado. Que bueno que te gusto. El pino está decorado de todos colores, cual regla de oro. Eso de poner todo de un solo color me recuerda a la tienda Chelsea de Monterrey. (SUUUSTOOOO con la referencia!)

Edigator dijo...

Miraaaa, el gato de Simón es como lo que te decía http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=nn2h3_aH3vo

Gallo dijo...

Gracias!! Soy FANS de Simon's cat. Me gusta mucho!

Me moria de risa, asi es "Goyo" su Alteza Real pero no hace caso al árbol de Navidad afortunadamente, lo suyo son los muebles.

Gallo dijo...

JAJAJ Kiki, pero si entonces haces fama a que tu pueblo tiene fama de agarrado!!! Elegido o no, hacen maravillas con un peso!!!

Que miedo Chelsea (se lle como se escribe) tengo en la mente esos pinos navideños unicolorisados.

SUSTO, eso y la feria del Pino me puedo volver al judaísmo mañana.

MAZELTOV!! No creeras que esta mañana me acordé de "El Violinista en el Tejado" y la escena de Fruma Sarah.

Gallo dijo...

P.d. KIKI por cierto que tu foto en el perfil es de "esas epocas"